La Reinvención de la Educomunicación
El apogeo de los movimientos vinculados con la educomunicación en el contexto internacional se han dado en los últimos 20 años del s. XX.
1.1 El Origen y desarrollo de la Educomunicación
Desde principios del s. XX el uso de los medios se vinculó con la eficiencia y con modelos educativos basados en la reproducción.
Algunos pilares lo constituyeron la Escuela de Frankfurt (estudio de los medios como una industria), la de la cultura y los aportes de la semiología francesa. A partir de los 60 comenzó a llamarse la educación en materia de comunicación.
Entre los 60-70, el fenómeno de la contracultura, en EEUU dará lugar a la expansión de una nueva disciplina: encuentro entre comunicadores y educadores. Aparecen en los 70 organizaciones no gubernamentales dedicadas al estudio de los medios y su práctica, reflexión y crítica en la escuela.
La llegada de Raegan al poder cortó las ayudas y subvenciones a estas instituciones. Fueron desapareciendo o adaptándose al nuevo contexto político-económico.
El desarrollo de Canadá en los 90 tuvo su origen en la labor realizada por un grupo de educomunicadores, formado por instituciones o profesores ingleses y australianos; países que consideraban prioridad la introducción de los medios en la escuela y la formación especializada de los docentes.
Los años 70-80 se caracterizan por la organización, formación e intercambio de las prácticas en el campo de la educomunicación, dando lugar a movimientos locales, nacionales e internacionales (los últimos a lo largo de los 90). Su origen está vinculado al área lingüística y cultural de los participantes.
Desde los 70 hasta los 90, en Latinoamérica, este movimiento se articuló a través de instituciones como el CIESPAL (Ecuador), ILCE (México) o CENECA (Chile).
En España, fueron los DRAC MAGIC (Cataluña) y SOAP (Madrid) los que promovieron la educación para los medios. Con la llegada de la democracia la acción de estos grupos se multiplicó y se organizaron asociaciones y grupos de trabajo cuyo objetivo fue la educación audiovisual.
En otros países europeos ocurrió un proceso similar.
A finales de los 90 se incorporan las tecnologías digitales al campo de la enseñanza. Comienza a saciarse con el uso de modelos eficientistas y la práctica cada vez más aislada de modelos reflexivos y críticos.
El estudio de la comunicación en los últimos 1 años en el ámbito educativo es inversamente proporcional con la expansión de las nuevas tecnologías.
Los Ministerios de Educación y Ciencia y Tecnología a escala mundial asocian tecnología con información y su objeto de culto es el ordenador.
Los modelos crítico-reflexivos del educomunicador de antes está siendo sustituido por otros paradigmas basados en la ingeniería de sistemas y en el eficientismo. Hay que redefinir las competencias.
1.2 El Nuevo Ámbito de la Comunicación Educativa
La palabra Ciberespacio fue acuñada por William Gibson (Neuromante, 1984). Ciber proviene del griego Kuberrnan: agitar, guiar, gobernar. Joanna Buick opina que también puede entenderse como “¿controlar?”.
En 1948 Norbert Wiener creó el término cibernética para describir los sistemas de control que usan los ordenadores. Será a partir de ahí cuándo el prefijo ciber se use en relación con robots y computadoras.
Para Buick y Zoran Jevtic el ciberespacio es una combinación fortuita y oportuna de tecnologías de información, almacenamiento y recuperación con las de telecomunicación global.
Será en este contexto donde se moverá el educomunicador de este siglo, para actuar como agente de ventas de las empresas informacionales o como un individuo mediador y movilizador y agitador de la ciudadanía en contextos reales y virtuales.
Un educomunicador suele ser un individuo molesto y perturbador en contextos autoritarios:
Cada país tiene temas conflictivos y silenciados o tratados informativamente sólo de una manera. Las diferentes relaciones y vinculaciones entre empresas, poder y concentración de medios sitúa a los educomunicadores en una situación muy especial: aliarse a los que proponen la trama internacional, ser un outsider mesiánico, mediar entre los diferentes actores del proceso, infiltrarse como topo y formar grupos y construir representaciones del mundo de otra naturaleza, resistir desde la asociación o institución en la que está actuando, integrar u organizar grupos en el ciberespacio y en los espacios ciudadanos…
Para definir el papel de los educomunicadores nos basamos en la propuesta de Cortázar (“Guardianes del idioma”): Ser “Guardianes de la Libertad”. Creemos que se hace necesario desconstruir nuestras historias personales, institucionales o empresariales y analizar cómo estamos siendo clonados ideológicamente sin que nos demos cuenta apenas.
1.3 Modelos de Educomunicadores
Primer Modelo: Los que se dedican, sobre todo, a la enseñanza de la tecnología y de los medios, con el fin de convertir a su alumnado en operadores técnicos. Se basa en el mito: “quien conoce la tecnología puede controlar todo o casi todo”. Se puede decir que, como en los años 40-50, con este modelo se puede llegar a ser buen@ meconógraf@
Segundo Modelo: utilizan técnicas del rol playing y realizan con cada alumno el simulacro de un periodista, director de cine o presentador de radio o TV. Ahora se ha extendido al campo de la informática: su objetivo es clonar cada alumno en un informático. Puede ser interesante si se utiliza como una propuesta demistificadora del mundo representacional mediático y se establecen normas para hacer visibles estereotipos dominantes y construir otros modelos.
Tercer Modelo: los educomunicadores centran su trabajo en el análisis de medios. El objetivo es formar un analista como si se tratara de un crítico de cine, TV, radio, multimedia, etc. Puede ser interesante si se incluyera un análisis de carácter económico y político con el fin de conocer la trama organizacional de las comunicaciones y las tecnologías.
Cuarto Modelo: Se caracteriza por integrar en sus planteamientos aspectos de los tres anteriores o partes de algunos de ellos.
Cada uno de estos modelos entretienen al alumnado y dejan de lado el desarrollo de competencias fundamentales: ser gestores de acciones comunicativas, organizadores de grupos, animadores, etc.
Actividades que pueden tener cabida en la escuela, en asociaciones de vecinos, así como en el ciberespacio.
El educomunicador de este siglo tiene que conocer cuestiones vinculadas a la organización, a la dinámica de grupos en contextos reales como virtuales y aprender y conocer las dinámicas que se dan en el ciberespacio en estrecha conexión con lo que ocurre en los escenarios reales. Significa conocer las diferentes dinámicas de organización social que se establecen en la red.
1.4 Volvamos a pensar en la Comunicación Educativa
En estos 30 años se ofrecieron metodologías que permitieron conocer y expresarse a través de los diferentes medios. Hubo un predominio de una formación técnica y estética y se trató de desmitificar a los medios, sobre todo el televisivo.
Pero todo esto forma parte del pasado. Tenemos que volver a aprender a aprender y a actuar de otra manera. Tenemos una ventaja con respecto al pasado, que lo inventábamos casi a diario. Todo esto será muy útil para volver a crearnos, organizarnos e inventarnos.
1.5 La Alfabetización Digital
Un proceso de alfabetización implica un acto de comprensión-acción con el fin de actuar y modificar en un determinado entorno. Objetivos:
Localizar en la red las informaciones vinculadas con el entramado comunicacional analógico.
Descubrir los espacios de publicidad y marketing que usan en la red.
Denunciar las estrategias de captación de usuarios y los procedimientos que atentan contra la seguridad.
Divulgar los sitios que ofrecen información controvertible y diferente a las estandarizadas.
Ofrecer procedimientos para diferencias la información de la infobasura.
Integrar la enseñanza práctica multimedia en los procesos de enseñanza analógica y virtual.
Detectar el entramado, pactos y maridajes que realizan diferentes grupos políticos que aseguran que la información dará poder a la ciudadanía y salvará a las democracias.
Aprender a manejar la herramienta.
Un proceso de alfabetización tiene que ofrecer propuestas, procedimientos y mecanismos par no perderse en la sobreabundancia de datos.
El apogeo de los movimientos vinculados con la educomunicación en el contexto internacional se han dado en los últimos 20 años del s. XX.
1.1 El Origen y desarrollo de la Educomunicación
Desde principios del s. XX el uso de los medios se vinculó con la eficiencia y con modelos educativos basados en la reproducción.
Algunos pilares lo constituyeron la Escuela de Frankfurt (estudio de los medios como una industria), la de la cultura y los aportes de la semiología francesa. A partir de los 60 comenzó a llamarse la educación en materia de comunicación.
Entre los 60-70, el fenómeno de la contracultura, en EEUU dará lugar a la expansión de una nueva disciplina: encuentro entre comunicadores y educadores. Aparecen en los 70 organizaciones no gubernamentales dedicadas al estudio de los medios y su práctica, reflexión y crítica en la escuela.
La llegada de Raegan al poder cortó las ayudas y subvenciones a estas instituciones. Fueron desapareciendo o adaptándose al nuevo contexto político-económico.
El desarrollo de Canadá en los 90 tuvo su origen en la labor realizada por un grupo de educomunicadores, formado por instituciones o profesores ingleses y australianos; países que consideraban prioridad la introducción de los medios en la escuela y la formación especializada de los docentes.
Los años 70-80 se caracterizan por la organización, formación e intercambio de las prácticas en el campo de la educomunicación, dando lugar a movimientos locales, nacionales e internacionales (los últimos a lo largo de los 90). Su origen está vinculado al área lingüística y cultural de los participantes.
Desde los 70 hasta los 90, en Latinoamérica, este movimiento se articuló a través de instituciones como el CIESPAL (Ecuador), ILCE (México) o CENECA (Chile).
En España, fueron los DRAC MAGIC (Cataluña) y SOAP (Madrid) los que promovieron la educación para los medios. Con la llegada de la democracia la acción de estos grupos se multiplicó y se organizaron asociaciones y grupos de trabajo cuyo objetivo fue la educación audiovisual.
En otros países europeos ocurrió un proceso similar.
A finales de los 90 se incorporan las tecnologías digitales al campo de la enseñanza. Comienza a saciarse con el uso de modelos eficientistas y la práctica cada vez más aislada de modelos reflexivos y críticos.
El estudio de la comunicación en los últimos 1 años en el ámbito educativo es inversamente proporcional con la expansión de las nuevas tecnologías.
Los Ministerios de Educación y Ciencia y Tecnología a escala mundial asocian tecnología con información y su objeto de culto es el ordenador.
Los modelos crítico-reflexivos del educomunicador de antes está siendo sustituido por otros paradigmas basados en la ingeniería de sistemas y en el eficientismo. Hay que redefinir las competencias.
1.2 El Nuevo Ámbito de la Comunicación Educativa
La palabra Ciberespacio fue acuñada por William Gibson (Neuromante, 1984). Ciber proviene del griego Kuberrnan: agitar, guiar, gobernar. Joanna Buick opina que también puede entenderse como “¿controlar?”.
En 1948 Norbert Wiener creó el término cibernética para describir los sistemas de control que usan los ordenadores. Será a partir de ahí cuándo el prefijo ciber se use en relación con robots y computadoras.
Para Buick y Zoran Jevtic el ciberespacio es una combinación fortuita y oportuna de tecnologías de información, almacenamiento y recuperación con las de telecomunicación global.
Será en este contexto donde se moverá el educomunicador de este siglo, para actuar como agente de ventas de las empresas informacionales o como un individuo mediador y movilizador y agitador de la ciudadanía en contextos reales y virtuales.
Un educomunicador suele ser un individuo molesto y perturbador en contextos autoritarios:
Cada país tiene temas conflictivos y silenciados o tratados informativamente sólo de una manera. Las diferentes relaciones y vinculaciones entre empresas, poder y concentración de medios sitúa a los educomunicadores en una situación muy especial: aliarse a los que proponen la trama internacional, ser un outsider mesiánico, mediar entre los diferentes actores del proceso, infiltrarse como topo y formar grupos y construir representaciones del mundo de otra naturaleza, resistir desde la asociación o institución en la que está actuando, integrar u organizar grupos en el ciberespacio y en los espacios ciudadanos…
Para definir el papel de los educomunicadores nos basamos en la propuesta de Cortázar (“Guardianes del idioma”): Ser “Guardianes de la Libertad”. Creemos que se hace necesario desconstruir nuestras historias personales, institucionales o empresariales y analizar cómo estamos siendo clonados ideológicamente sin que nos demos cuenta apenas.
1.3 Modelos de Educomunicadores
Primer Modelo: Los que se dedican, sobre todo, a la enseñanza de la tecnología y de los medios, con el fin de convertir a su alumnado en operadores técnicos. Se basa en el mito: “quien conoce la tecnología puede controlar todo o casi todo”. Se puede decir que, como en los años 40-50, con este modelo se puede llegar a ser buen@ meconógraf@
Segundo Modelo: utilizan técnicas del rol playing y realizan con cada alumno el simulacro de un periodista, director de cine o presentador de radio o TV. Ahora se ha extendido al campo de la informática: su objetivo es clonar cada alumno en un informático. Puede ser interesante si se utiliza como una propuesta demistificadora del mundo representacional mediático y se establecen normas para hacer visibles estereotipos dominantes y construir otros modelos.
Tercer Modelo: los educomunicadores centran su trabajo en el análisis de medios. El objetivo es formar un analista como si se tratara de un crítico de cine, TV, radio, multimedia, etc. Puede ser interesante si se incluyera un análisis de carácter económico y político con el fin de conocer la trama organizacional de las comunicaciones y las tecnologías.
Cuarto Modelo: Se caracteriza por integrar en sus planteamientos aspectos de los tres anteriores o partes de algunos de ellos.
Cada uno de estos modelos entretienen al alumnado y dejan de lado el desarrollo de competencias fundamentales: ser gestores de acciones comunicativas, organizadores de grupos, animadores, etc.
Actividades que pueden tener cabida en la escuela, en asociaciones de vecinos, así como en el ciberespacio.
El educomunicador de este siglo tiene que conocer cuestiones vinculadas a la organización, a la dinámica de grupos en contextos reales como virtuales y aprender y conocer las dinámicas que se dan en el ciberespacio en estrecha conexión con lo que ocurre en los escenarios reales. Significa conocer las diferentes dinámicas de organización social que se establecen en la red.
1.4 Volvamos a pensar en la Comunicación Educativa
En estos 30 años se ofrecieron metodologías que permitieron conocer y expresarse a través de los diferentes medios. Hubo un predominio de una formación técnica y estética y se trató de desmitificar a los medios, sobre todo el televisivo.
Pero todo esto forma parte del pasado. Tenemos que volver a aprender a aprender y a actuar de otra manera. Tenemos una ventaja con respecto al pasado, que lo inventábamos casi a diario. Todo esto será muy útil para volver a crearnos, organizarnos e inventarnos.
1.5 La Alfabetización Digital
Un proceso de alfabetización implica un acto de comprensión-acción con el fin de actuar y modificar en un determinado entorno. Objetivos:
Localizar en la red las informaciones vinculadas con el entramado comunicacional analógico.
Descubrir los espacios de publicidad y marketing que usan en la red.
Denunciar las estrategias de captación de usuarios y los procedimientos que atentan contra la seguridad.
Divulgar los sitios que ofrecen información controvertible y diferente a las estandarizadas.
Ofrecer procedimientos para diferencias la información de la infobasura.
Integrar la enseñanza práctica multimedia en los procesos de enseñanza analógica y virtual.
Detectar el entramado, pactos y maridajes que realizan diferentes grupos políticos que aseguran que la información dará poder a la ciudadanía y salvará a las democracias.
Aprender a manejar la herramienta.
Un proceso de alfabetización tiene que ofrecer propuestas, procedimientos y mecanismos par no perderse en la sobreabundancia de datos.